sábado, 1 de noviembre de 2014

Lobo. El Camino de la Venganza


 Título: Lobo. El Camino de la Venganza
Autora: Patricia García-Rojo
Editorial: SM




Lobo nos cuenta la historia de unos curiosos personajes que se hacen llamar salteadores, los cuales van saltando de cuadro en cuadro a diferentes mundos.
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Todo comienza en palacio, donde Eriane, una simple sirvienta que no espera que le ocurra nada interesante en la vida, se ve en peligro, sin imaginar que allí, de la nada, conocería a Grillo y el mundo de los salteadores. Grillo la conduce a un cuadro, y aún mareada, Eriane debe seguir corriendo hasta alcanzar otro cuadro, y otro y otro… Sí, ser salteador es difícil al principio, un entrenamiento muy duro al que la joven se tendrá que acostumbrar porque ya no hay vuelta atrás.

Eriane deberá enfrentarse, junto a Lobo y Ángel, a una misión: encontrar el cuadro de VenusEsta historia tiene un toque épico que me ha recordado a Donde los árboles cantan (ambas protagonistas son chicas que se ven envueltas, casi por sorpresa, en un mundo diferente de donde ellas vienen, tienen que aprender a pelear, a defenderse…) Lobo está muy bien narrada y no le faltan aventuras, suspense, peligros ni venganza.

La portada me llamó mucho la atención. La había estudiado en Artes, y cuando fui a comprarme el libro le pasé la mano por encima y... ¡sorpresa! No está "rota", como yo pensaba. Es una ilusión óptica muy bien conseguida que, por lo menos a mí, me ha engañado la vista. ¿A que es bonita?


sábado, 12 de julio de 2014

La Sede de los Imaginatos

Título: La Sede de los Imaginatos
Editorial: Berenice
Autor: Patricia García-Rojo

SINOPSIS



La Sede de los Imaginatos, libro último de la tetralogía «Los portales de Éldonon»

Por fin Éldonon disfruta de paz. Carlos, lejos de la maléfica Igua, descubre el mundo de la imaginación como nunca antes lo ha conocido. La alegría inunda todos los rincones, los eldonianos celebran su libertad y viven por fin sin ser esclavos del terror que los ha mantenido atenazados durante tantas generaciones. Carlos y sus compañeros se enfrentarán en este clima de paz a su último año como aprendices en la Sede de los Imaginatos. ¿Será este oficio eldoniano tal y como lo han imaginado? Todo parece marchar a la perfección hasta el cumpleaños de Carlos; entonces un extraño regalo aparece en su habitación llevando la firma de su vieja enemiga. ¿Amenazará esto la vida de los aprendices o será sólo un mensaje de otro tiempo? ¿Deben preocuparse en Éldonon o su victoria es definitiva? ¿Podrían vivir en la Tierra desligados de los mundos de la imaginación?


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 Al ser el último libro, no voy a hablar mucho de él para no estropearos nada a los que aún no lo habéis leído, pero sí que voy a contaros cómo descubrí esta saga, porque cuando una se termina una saga como Los portales de Éldonon, se te queda marcado para siempre. Y cuando digo para siempre, me refiero a esos libros que todo el mundo tiene en sus estanterías que leyó de pequeño y que le guardan un cariño especial a cada año que pasa. Son esos típicos libros que todo el mundo recordará cuando sean mayores.

Empecé a leer el primer libro, La Fábrica Creátor, cuando tenía catorce años en clase de Lengua y Literatura porque nos lo mandó nuestro profesor, ya que Patricia venía a nuestro instituto a presentar la novela. Y me gustó tanto que a los siguientes años, mis amigas y yo empezamos a llamar Igua a una profesora (aunque ahora que lo pienso, Igua al lado de ella se queda pequeña).

Y ahora, con veinte años, he acabado La Sede de los Imaginatos, el último libro de la saga. Tenía miedo de saber cómo acabaría, porque a mí estas cosas me ponen nerviosa y triste a la vez. Pero bueno, a mí no me ha defraudado en absoluto. Sí es verdad que esta novela ha sido la más compleja de entender; aquí se explica la creación de Éldonon en su totalidad, con sus reglas, sus misterios ocultos y esas cosas que los imaginatos ven a simple vista, pero los humanos no. Hay que fijarse bien, ver bien.

Si fuera eldoniana, elegiría ser somnio, aunque antes dudaba con creátor o imaginatos, pero me decanto por somnio porque lo de ser creátor lo veo complicado (crear y pensar una cosa, su funcionamiento..., es difícil). Me quedo con ser somnio porque así puedo crear sueños y pesadillas, de tal forma que podría ver lo que quiero imaginar para escribirlo después. Esa atmósfera de noche y frío va mucho conmigo. Y el color de los somnios es el azul, mi color favorito.



Ahora me toca despedirme de esta gran saga y de, cómo no, sus fantásticos personajes que se me han hecho tan reales desde que leí el primer libro: Adiós a Carlos (con el que más me identifico), a Peter (el chico rubio y alegre que siempre está de broma y nunca se separa de su hada), Marina (la mejor amiga de Carlos y dispuesta a ayudar a sus amigos), Michael (el chico que empezó de chulito montado en su monopatín y cambió para no parar de tomar apuntes en su libreta), Annette (la francesita dulce, cariñosa y sensible que siempre se mantiene fuera del peligro),  Ernik (ese entrañable personaje) y Mai (esa chica misteriosa y lista que al principio me caía un poco mal, pero luego me di cuenta de lo contrario). Un gran adiós a Éldonon -que para mí no ha acabado y no se acabará nunca mientras tengamos imaginación-, y también, cómo no, darle las gracias a Patricia García-Rojo por haber escrito estos libros y por incluírme en los agradecimientos. Todavía me pregunto por qué y me sigo sorprendiendo.

¡Adiós eldonianos! Larga vida a Éldonon.